Preciosa finca rustica situada en Jimena con espectaculares vistas a la montaña.

Acceder a esta encantadora propiedad es muy cómodo, ya que se encuentra al final de una carretera totalmente asfaltada. Al llegar, una sólida verja de hierro marca la entrada, ofreciendo privacidad y seguridad. Nada más cruzarla, se abre un amplio espacio de aparcamiento con capacidad para varios vehículos, situado junto a la vivienda principal. Toda la propiedad está rodeada por un jardín consolidado y lleno de vida, con árboles maduros, plantas autóctonas y rincones de sombra perfectos para disfrutar del aire libre.

La vivienda se organiza en torno a un tradicional patio andaluz, un espacio lleno de luz natural que actúa como el corazón de la casa, conectando las distintas estancias y aportando frescor y carácter.

Al entrar a la casa, una agradable terraza cubierta ofrece un espacio ideal para desayunos al sol o veladas tranquilas al atardecer. Desde allí se accede al interior de la vivienda, que está construida en un encantador estilo rústico, con detalles que evocan el alma del campo andaluz: techos con vigas de madera vistas, suelos de barro cocido, paredes gruesas que aíslan del calor y del frío, y una atmósfera cálida y acogedora en cada rincón.

La planta baja alberga un acogedor salón con chimenea, ideal para las noches de invierno, una cocina funcional con toques rústicos y techos con vigas, dos dormitorios de invitados que comparten un baño completamente equipado, y un espacioso dormitorio principal con su propio cuarto de baño y una práctica zona de almacenamiento.

Subiendo a la planta superior, encontramos un gran estudio o sala polivalente, también con techos de madera, perfecto como espacio de trabajo, zona de juegos o incluso para crear un dormitorio adicional si se desea.

En el exterior, la finca cuenta además con un almacén independiente, ideal como taller, trastero o incluso para transformarlo en un estudio o casita de invitados, según necesidades.

Uno de los grandes atractivos de esta propiedad son las espectaculares vistas que ofrece: desde la finca se puede contemplar el pintoresco pueblo blanco de Jimena de la Frontera, con su castillo en lo alto, y disfrutar de puestas de sol inolvidables con la silueta de las montañas como telón de fondo.

En resumen, se trata de una propiedad con alma, perfecta para quienes buscan tranquilidad, naturaleza y una vivienda con carácter a pocos minutos del pueblo. Ideal tanto como residencia habitual como para escapadas de fin de semana.